El opio es la religión de los pueblos que te pasas
Y la opción que le queda a la cultura de las masas
La sobreexposición a la que someten nuestras casas
La recalificación que nunca nos va a compensar
Si vas a Shangai me verás en El Loto Azul
La muralla china está toda llena de ladrillos
Que se ven desde el espacio Y ocupan mucho sitio
La revolución si es cultural es un buen principio
La reconciliación con Taiwan es un buen final
Si vas a Shangai me verás en El Loto Azul
Las uñas largas contrastan con los pies pequeños
El cerdo agridulce es la proteína de los sueños
Cinco, seis y siete, ren, carrete carrete
Cincuenta y cinco días. Ho, Mao y Chu En Lai
Si vas a Shangai me verás
Si vas a Shangai me verás
Si vas a Shangai me verás en El Loto Azul
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En Shangai estaba el fumadero de opio conocido como "El Loto Azul", en la aventura de Tintín del mismo título. Una buena imagen para invertir la afirmación de Mao sobre la religión: ya sólo creemos en la anestesia. El "radjaïdjah" ("el veneno que vuelve loco") hace que Tintín salte a la comba cantando "un, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, carrete, carrete". "Ren" quiere decir "chico" en chino.